Llorenç Villalonga se paseaba frecuentemente por el barrio noble y silencioso de Palma, donde residía.
El barrio es venerable, noble y silencioso, con calles estrechas y casas amplias, que parecen deshabitadas. Entre los aleros de los casales, el cielo vibra con su azul luminoso como una lanzada. La hierba crece en las junturas entre las piedras, anchas como losas. Rompen el silencio, de tarde en tarde, rumores de campanas. [...] En la otra punta de la ciudad, en las afueras, por el Terreno, en Génova, hierve un mundo colonial, integrado por pintores, turistas y señoras que fuman. Son gentes extrañas, que se bañan en invierno y viven dando las espalda a la religión. Fabrican cocktails endiablados. Dan bailes y tés. El barrio antiguo finge ignorarlo. Sin valor suficiente ni deseo de declararles la batalla, opta por declararles inexistentes.
La muerte de una dama (1931)
Traducido por el autor.
(Palma, 1897 – 1980). Llorenç Villalonga está considerado como uno de los novelistas más destacados de la literatura catalana. Asiduo a las tertulias desde los años 20 hasta los 70 del siglo XX, articulista de prensa, prosista y autor teatral, es un escritor que desafía las convenciones de género y crea una obra sólida y unitaria, con constantes interrelaciones de personajes, ambientes y correspondencias entre ficción y realidad.
Con la obra de Villalonga se inaugura la novela moderna en lengua catalana, creada a partir de referentes europeos que le permiten superar los modelos costumbristas imperantes. En su escritura resuenan los ecos de Marcel Proust, Valle Inclán y los clásicos del pensamiento ilustrado. Y a pesar de todo, es autor con voz propia, marcada por el dictado de la memoria, la fina ironía y el pensamiento filosófico.
Su obra más reconocida es Bearn o la sala de muñecas, traducida a más de 20 idiomas y recreada a través del teatro, la televisión y el cine. La obra está ambientada en la Mallorca del siglo XIX, y refleja la pérdida de valores de una sociedad en total transformación: para Villalonga "no hay más paraísos que los perdidos".
La primera novela de Llorenç Villalonga fue Mort de dama (1931), y está ambientada en el casco antiguo de Palma, en las "callejuelas a la sombra de la catedral". En un viejo casa, entre visitas y familiares, agoniza Obdúlia de Moncada, una dama "botifarra" que representa los valores de la sociedad aristocrática que se muere. El escritor define el contraste entre este entorno conservador y la llegada del turismo a la ciudad, que lo cambia todo.
Llorenç Villalonga vivió en la calle Estudio General Luliano, en uno de los imponentes casales señoriales que son característicos del centro histórico de Palma. Son los edificios vinculados con la antigua nobleza de la isla. Su arquitectura es singular, especialmente por la austera fachada y la estructura en torno al patio interior, donde se concentran elementos de sobria belleza: columnas y capiteles, decoración vegetal, escudos de armas... Estos magníficos patios, en su época de esplendor, eran espacios abiertos a la calle que ofrecían sensación de amplitud a unas calles estrechas y oscuras, dado el entramado urbanístico.
Las calles que confluyen en el Estudio General Luliano formaban parte de la trama urbana romana. El edificio actual es de mediados del siglo XX y fue construido siguiento el modelo arquitectónicos del casal tradicional, con un gran patio central que se alza sobre un antiguo centro de estudios lulianos desde 1540, antecedente de la Universidad Luliana y Literaria de Mallorca. Actualmente conserva su espíritu funcional y es un centro de formación en lenguas modernas.
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