En La Faula, la acción se narra en primera persona y se inicia con un viaje del autor, que sale del valle de Sóller la mañana de San Juan; en concreto, de los alrededores del puerto de Santa Caterina, para llegar a una isla que ha sido identificada con Sicilia.
Una ventura us vulh retrayre,
qui m’avench enqueres no ha gayre,
si com porets ausir anan.
So fo·l mayti de Sant Johan,
que·l temps fon clar e l’alba pura,
ez yeu, per gaug de la verdura,
quavalquey sols vas la merina,
al port de Santa Caterina,
car en la val de Soller fo.
[...]
Axi con dich, ab mant sospir,
ples de cossir e de feunia,
preyant Dieus e Santa Maria,
entrey en les mars de Manorcha
e lexey a destra Malhorqua,
vers les ensenyes d’occident.
Ez yeu drecey vers orient,
axi com lo pex ma portava.
Un hecho os quiero contar
que me sucedió hace poco,
así como podréis oir a continuación.
Fue en la mañana de San Juan,
en un día claro y de aire puro,
cuando yo, para disfrutar del verdor,
cabalgué solo hacia la marina,
al puerto de Santa Catalina,
porque en el valle de Sóller me encontraba.
Así como os lo digo, con muchos de suspiros,
lleno de preocupaciones y de resentimiento,
orando a Dios y a Santa María,
entré en el mar de Menorca,
dejando a la derecha Mallorca
en las enseñas de Occidente,
dirigiéndome hacia Oriente
tal como el pez me llevaba.
La Faula, alrededor de 1370
Traducido por Carlota Oliva.
(n. ca. 1348). El poeta medieval Guillem de Torroella provenía de una familia de caballeros de ascendencia ampurdanesa establecida en la isla de Mallorca después de 1229.
La Faula, escrita en verso, cuenta una historia conectada con la poesía trovadoresca y la novela cortesana francesa de contenido artúrico. Está escrita en catalán provenzal y francés; un francés con influencias provenzales y formas diferentes, a veces. En La Faula, la acción se narra en primera persona y se inicia con un viaje del autor, el mismo Torroella, que sale del valle de Sóller la mañana de San Juan; en concreto, de los alrededores del puerto de Santa Caterina, para llegar a una isla que ha sido identificada con Sicilia. En esta isla, le recibirán Morgana y Artús para explicarle la verdad que tiene que contar al mundo.
La partida de Guillem de Torroella desde el valle de Sóller, desde el puerto, transporta al lector a un viaje misterioso, sorprendente e inesperado. El viaje toma un cariz encantador en unos días mágicos relacionados con la celebración del solsticio de verano. El puerto de Santa Caterina, como dice en La Faula, fue el inicio de esta aventura por mar. Actualmente, edificios y lugares como el oratorio de Santa Caterina de Alejandría y el barrio de Santa Caterina en el puerto de Sóller invitan a recordar la historia más antigua relacionada con el puerto. El oratorio se construyó en el siglo XIII y se reconstruyó en el siglo XVI. El barrio recuerda la tradición y el espíritu marinero y mercantil que durante un tiempo fue uno de los puntos estratégicos de la isla. El puerto natural ha acogido a navegantes, pescadores y marineros, pero también barcos que, como Guillem de Torroella, iniciaban aquí su travesía.
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