Miquel Costa i Llobera: El pi de Formentor
Pollença

"El pi de Formentor" es un poema emblemátic de Miquel Costa y Llobera donde el poeta se metamorfosea en un árbol resistente al embate de la vida.

Hay en mi tierra un árbol que el corazón venera:

de cedro es su ramaje, de césped su verdor;

anida entre sus hojas perenne primavera,

y arrastra los turbiones que azotan la ribera,

añoso luchador. No asoma por sus ramas la flor enamorada,

no va la fuentecilla sus plantas a besar;

mas báñase en aromas su frente consagrada,

y tiene por terreno la costa acantilada,

por fuente el hondo mar.

[...]

¡Arriba, oh alma fuerte! Desdeña el lodo inmundo,

y en las austeras cumbres arraiga con afán.

Verás al pie estrellarse las olas de este mundo,

y libres como alciones sobre ese mar profundo

tus cantos volarán.

«El pi de Formentor» Poesies (1885)

Traducida por el autor. 

Miquel Costa y Llobera

(Pollença, 1854 – Palma, 1922). Poeta, prosista y traductor. Gracias al hecho de haber nacido en el seno de una acaudalada familia rural, propietaria, entre otras fincas, de la península de Formentor, pudo ocuparse en exclusiva al cultivo de las letras. En 1885 recogió su producción en Poesías, con influencia de los románticos franceses y españoles. Es en aquella época cuando escribe su poema más conocido «El pino de Formentor», 1875, en el cual la identificación romántica con el paisaje es patente.  Más adelante enriqueció su bagaje poético con la lectura atenta de Lamartine, Leopardi y Manzoni, de los que adquirió la preocupación por la forma artística. Su estancia en Roma, donde estudió teología y fue ordenado sacerdote, le permitió comprender la esencia del mundo clásico, que impregna su obra. Es autor de De l’agre de la terra (1897), Tradicions i fantasies (1903) que incluye el poema narrativo "La deixa del geni grec» y Horacianes (1906). Fue más valorado por los jóvenes de principios del siglo XX, que por sus contemporáneos, inmersos en el movimiento modernista. Junto con Joan Alcover ejerció un influjo duradero e intenso en los poetas mallorquines de su tiempo, tanto coetáneos como más jóvenes.

"El pino de Formentor" es un poema emblemático, en el que el escritor se metamorfosea en un pino que resiste todas las ventadas de la vida. Es un texto lleno de imágenes de gran potencia, que rezuma el romanticismo de su primera época.

Las tierras de Costa i Llobera

En esta casa de la plaça Vella vivió la familia materna de Miquel Costa i Llobera. Los Costa vivían en la casa solariega de la calle Major. Eran considerados entre los propietarios rurales más importantes de Mallorca. En verano residían en Formentor, lugar al que llegaban en barca desde el Port de Pollença. Costa descubrió allí el paisaje y lo idealizó, para convertirlo en materia poética. «El pi de Formentor» contribuyó de manera decisiva a la creación del mito del árbol como símbolo del paisaje mallorquín, especialmente desde que la isla fue convertida en destino turístico. Una paradoja que sin duda sorprendería al mismo poeta, que invocó ese árbol – según algunos investigadores, un pino en concreto de sus tierras en Formentor - para definir su plan de acción vital y literario.

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