Cámara en mano, Margaret d'Este recorrió toda Mallorca, como se evidencia en su libro A Mallorca amb una càmera (1907).
Cuando bajamos de nuevo a la zona de los olivos, encontramos un aire más cálido: la lluvia había quedado atrás y volvía a lucir el sol; pasando por el pintoresco pueblo de Selva, con su iglesia encaramada a lo alto de un colina, pronto encontramos Inca, un pueblo grande y próspero con finas casas y tiendas de piedra. Aquí cogimos el tren hacia Palma y nos metimos con nuestro equipaje en un pequeño compartimento de primera clase que compartimos con un viejo caballero de aspecto aristocrático, que viajaba con una cesta de mimbre grande, que aparentemente contenía la colada de la semana, y con una dama de mantilla negra elegante, que llevaba la cesta de la compra y un gran fardo hecho con unos manteles a cuadros.
With a camera in Majorca, 1907
Traducido por Neus Adrian.
(Lago Como, Italia, 1876 - Wiltshire, Inglaterra, 1930). Viajera y escritora británica. Margaret d’Este (Margaret Moss King) visitó las Baleares en el año 1906. Es hija de Elizabeth Augusta Egerton, conocida en las obras como R. M. King y pionera en el ámbito de la fotografía, y de Robert Moss King, que trabaja en la administración colonial en la India. El apellido D’Este que aparece en sus publicaciones proviene del lugar donde nació, la Villa d’Este, alrededor del lago Como.
Se interesó por las islas del sur de Europa y escribió tres libros en los que recoge su experiencia en los viajes: A través de Còrsega amb una càmera (1905), A Mallorca amb una càmera (1907) y A Canàries amb una càmera (1909). Se publicaron todos en inglés y destacan las fotografías que acompañan las descripciones de Mrs. R. M. King, que le acompaña en su periplo. El libro dedicado a Mallorca también incluye el viaje a Menorca y a Ibiza. El fragmento escogido hace referencia a una de las visitas que D’Este hizo en su estancia a Mallorca; concretamente, al viaje en tren que hace desde Inca a Palma.
En 1875 empezaba la historia del tren de Inca con una línea hecha por la locomotora inglesa «Mallorca», que unía esta ciudad con Palma. La primera línea ferroviaria de Mallorca era, sobre todo, para el transporte mercantil y para los primeros pasajeros, hecho que marcó un cambio en la economía, la industria y la sociedad de la isla. Hacia los años 30 del siglo XX, la red ferroviaria de Mallorca contaba con 10 líneas y 40 estaciones, una red que fue en declive con la construcción de carreteras y la presencia cada vez mayor del automóvil.
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